jueves, 21 de diciembre de 2023

 Canción del pirata, de Espronceda

Con diez cañones por banda,

viento en popa a toda vela,

no corta el mar, sino vuela

un velero bergantín;


bajel pirata que llaman,

por su bravura, el Temido,

en todo mar conocido

del uno al otro confín.


La luna en el mar riela,

en la lona gime el viento

y alza en blando movimiento

olas de plata y azul;


y va el capitán pirata,

cantando alegre en la popa,

Asia a un lado, al otro Europa,

y allá a su frente Estambul.


«Navega velero mío,

sin temor,

que ni enemigo navío,

ni tormenta, ni bonanza,

tu rumbo a torcer alcanza,

ni a sujetar tu valor.


Veinte presas

hemos hecho

a despecho,

del inglés,


y han rendido

sus pendones

cien naciones

a mis pies.


Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria la mar.


Allá muevan feroz guerra

ciegos reyes

por un palmo más de tierra,

que yo tengo aquí por mío

cuanto abarca el mar bravío,

a quien nadie impuso leyes.


Y no hay playa,


sea cualquiera,

ni bandera

de esplendor,


que no sienta

mi derecho

y dé pecho

a mi valor.


Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria la mar.


A la voz de ¡barco viene!

es de ver

cómo vira y se previene

a todo trapo a escapar:

que yo soy el rey del mar,

y mi furia es de temer.


En las presas

yo divido

lo cogido

por igual:


sólo quiero

por riqueza

la belleza

sin rival.


Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria la mar.


¡Sentenciado estoy a muerte!;

yo me río;

no me abandone la suerte,

y al mismo que me condena,

colgaré de alguna antena

quizá en su propio navío.


Y si caigo

¿qué es la vida?

Por perdida

ya la di,


cuando el yugo

de un esclavo

como un bravo

sacudí.


Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria la mar.


Son mi música mejor

aquilones,

el estrépito y temblor

de los cables sacudidos,

del negro mar los bramidos

y el rugir de mis cañones.


Y del trueno

al son violento,

y del viento

al rebramar,


yo me duermo

sosegado

arrullado

por el mar.


Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria la mar».

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